Hasta el momento hablamos de las opciones desde la perspectiva de un inversor con un perfil agresivo, pero las opciones permiten estrategias para quien no quiere asumir el más mínimo riesgo.
Vamos a un ejemplo corto:
Supongamos que estoy por invertir en la acción A, creo que la misma presenta grandes posibilidades pero también presentó muchos altibajos en su cotización.
Al momento de adquirir las acciones estipulo que las mayores pérdidas que estoy dispuesto a asumir son de un -5%. ¿Pueden las opciones ser utilizadas a la manera de un seguro? La respuesta es sí.
Sigamos con el ejemplo, compro 1000 acciones de A a $100 cada una y, para asegurarme un piso en las pérdidas compro 10 lotes de opciones (recuerden que cada lote equivale a 100 opciones) de venta (PUT) a $95 para dentro de cuatro meses. Cómo el valor del put es inferior al valor de mercado seguramente los podré adquirir a muy buen precio. ¿Que logré con esto? Compré un seguro contra bajas de la acción. Si de aquí a cuatro meses la acción cae un 15%, a mi no me preocupará porque tendré acotadas mis pérdidas en solo un 5%.
¿Pero y si sube?
Bueno, si las acciones suben, tendremos que restarle a nuestras ganancias el costo de la prima pagada por las opciones (ningún seguro es gratis).
Pasados cuatro meses podré revisar mi estrategia y volver a comprar opciones para asegurar una nueva base.
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